Q-W-E-R-T-Y
“Fue Christopher Latham Sholes el que tuvo la brillante idea de diseñar este tipo de teclado. La idea, allá por el año 1867, le vino gracias a su antiguo empleo en una imprenta, donde era editor de algunos periódicos. Aunque su oficio era este, en sus ratos libres se dedicaba a su verdadera pasión, la mecánica.
Con su brillante ingenio y tras largos años inventó y patentó la primera máquina de numerar, tras lo que años más tarde y tras leer una revista especializada en mecánica vio en un artículo que un inglés (William Austin Burt) había creado la máquina de escribir.
Para ello, y ante el gran proyecto que suponía, se alió con una serie de socios para darle vida, tras lo cual en el año 1867 dieron forma a una nueva y más revolucionaria máquina de escribir.
El trabajo duro estaba hecho, pero no tenían fondos para comercializarla en grandes volúmenes, por lo que vendieron los derechos a la empresa E. Remington & Sons, ya en 1873.
Aunque con esta nueva máquina se podía escribir más rápido que a mano, tenía un problema de base: al aumentar la velocidad de pulsación las varillas que contenían las teclas chocaban unas con otras y se atascaban, puesto que en el tiempo de pulsar y retirar se podía pulsar otra tecla contigua.
Esto ralentizaba la escritura y a veces hasta se enganchaban las varillas entre ellas, lo cual era algo un poco caótico.
Todo el problema de las varillas ocurría por una sencilla razón: las teclas estaban colocadas en orden alfabético, por lo que la escritura en inglés producía este problema.
La solución fue sencilla de implementar, ya que solo se tenían que separar las parejas o grupos de teclas que suelen ir juntas al escribir en inglés. Ya en 1874, Remington lanzó la versión mejorada y definitiva de la máquina de escribir, donde tuvo gran éxito entre los sectores que necesitaban mejorar la velocidad de escritura y adelantar trabajo.
El nombre a este tipo de teclado se impuso porque el orden de las letras de la fila superior y de izquierda a derecha es precisamente ese, Q-W-E-R-T-Y.
Una vez que los ordenadores aparecieron, era más sencillo simplemente portar la idea de este teclado a los nuevos periféricos que inventar otro totalmente distinto, ya que ahora no habría limitaciones de ningún tipo.
En cambio, QWERTY tiene sus detractores, ya que los anglosajones cargamos mucho más el trabajo en la mano izquierda que en la derecha.
De estas molestias nacieron otras variantes conocidas, como por ejemplo la alemana QWERTZ, que invierte las teclas Z e Y o la francesa AZERTY, donde la disposición cambia completamente. La versión española solo cambia los signos de puntuación y añade la letra Ñ, por lo que podríamos decir que mantenemos casi intacto el legado de QWERTY.”
Texto: https://hardzone.es/2019/09/07/teclado-qwerty/
Imagen y Montaje: https://linktr.ee/jorgecorrons