Mi Madrid no es solo conocida por los barrios de pompa, por sus museos, albergadores de toda una historia concentrada entre cuatro vértices y colgada en frías paredes de piedra; tampoco lo es por sus jardines y sus palacios desde donde se asomaban los ojos curiosos, de vez en cuando, y cuando les venía bien.

Mi Madrid también se compone de los barrios más humildes, aquellos encerrados en la exquisita literatura del Madrid del s.XX entre un Vicente Blasco Ibañez. Quien vivía más sus historias que los propios personajes, a caballo entre el Pardo y Tetuán en su novela La Horda (1905), y la visión modernizada del mismo Tetuán de Óscar Esquivias en Viene la noche (2007).

 

“Una turba de peatones invadió el camino. Eran los vecinos de la barriada, obreros
que marchaban hacia Madrid. Salían de las calles inmediatas al Estrecho y a Punta
Brava, de todos los lados de los Cuatro Caminos, de las casuchas de vecindad con sus
corredores lóbregos y sus puertas numeradas, míseros avisperos de la pobreza.”

La horda

Tetuán, barrio obrero de Madrid, de traperos, comerciantes; cobijo de aquellos que partieron a la Guerra de África en 1860, del que hace honor su nombre, aunque no llegara a hacerlo su deseada entrada a la capital. De los que lucharon por España en la Guerra Civil (1936-1939), aquellos que ponían la mano en el fuego y se quemaban, pero aguantaban, hacinados en 30 metros cuadrados. Y mismo cobijo para los que vienen, ahora, con propósito de echar raíces. Barrio de culturas.

Tetuán comenzaría a ser tenida en cuenta tras la Guerra Civil con El Plan General de Ordenación Urbana de Madrid debido a su estado de destrucción, convirtiendo el Paseo de la Castellana en eje de unión con el centro y sus alrededores. De nuevo, olvidada su gente aún dependientes del barrio de Chamberí, con vistas a nuevas viviendas para una clase media. Finalmente, en los 70, será cuando se elabore un plan de remodelación del distrito, con el objetivo de crear un nuevo barrio, desde cero. Siendo para ello necesario destruir gran parte del patrimonio arquitectónico de la zona, alojando a toda aquella población en casas prefabricadas de chapa. Nuevo barrio, mismas condiciones de vida.

Actual calle transversal a Bravo Murillo. Casas de dos plantas siendo derruidas.

Carretera “Mala de Francia” en 1933. Parte de la actual Bravo Murillo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Casas bajas, casas cueva, gitanos, flamenco, mercado… esto también es Madrid, capturado por la cámara del fotógrafo Santos Yubero como otros tantos barrios y otras tantas gentes. Ahora concentrado en un skyline como las casi cinco torres, las torres Kio, los hospitales, Bravo Murillo, el parque de La Ventilla (parque Agustín Rodríguez Sahagún) como protagonista la primera traída del Canal Bajo de Isabel II. Rozando la Av. de Asturias, la calle Sinesio Delgado o las Magnolias, ahora se cubre de verde y de cristales, de plástico. Con casas de apuestas, con drogas y alcohol, la historia se repite, aunque matizada. Chavales que crecen entre humo, no solo de coches; que arrastran su propio lastre, que se esconden entre el desgaste del ajetreo, la pintura de graffitis y el ruido sordo de algún futuro.

Madrid “basurero de España” queda lejos si lo miras desde el Retiro y te entierra si pones el pie en el barrio de las “casas de lata”, cerca de ese de las “Las cuatro torres”.

Muestra a grupos de pobres rebuscando en las montañas de basura procedentes de Madrid

Restos de basura en el parque de La Ventilla (2020) (se encuentran a lo largo del parque, además de cubos de basura rebosando)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cosas de Madrid: Historia y Curiosidades del Barrio de Tetuán en Madrid

Urban Idade, Memorias de las redes urbanas: Tetuán de las Victorias: Ayer y Hoy de un barrio de Madrid, 7 agosto, 2008 por Enrique Fidel

Tetuán de las Victorias: Ayer y Hoy de un barrio de Madrid