Madrid, 1933

¡Buenos días a todos y muchas gracias por estar una semana más con nosotros! Hoy vamos, junto con nuestro invitado, a descubrir el mundo de la arquitectura y dibujos. Tengo el honor de hablar con Teodoro de Anasagasti Algán, famoso arquitecto, dibujante, viajero y profesor. *

 

P: Buenos días y gracias por estar esta semana con nosotros. Como siempre, me gustaría empezar desde el principio. Usted nace en Vizcaya, si no me equivoco…

R: Gracias por la invitación. Sí, nací en Bermeo, en una familia humilde. Somos 4 hermanos, siendo yo tercero. En mi pueblo natal viví hasta cumplir los 16 años, edad con la que me vine a Madrid a empezar mis estudios de arquitectura en el antiguo Colegio Imperial.

P: Al mismo tiempo descubre el dibujo.

R: Así es, paralelamente, asistía a las clases de dibujo y pintura del pintor Marceliano Santa María. Esas clases me ayudaron mucho a entender el arte y la arquitectura y crear mi propio estilo.

P: Tardó 10 años en titularse en Madrid. ¿Cuál fue su trayectoria profesional a partir de ese momento?

R: Me gradué en 1906, sí, sí, justo 10 años. Volví a mi pueblo donde quería empezar mi carrera profesional y me presenté a varios concursos, pero al final mis proyectos nunca llegaron a construirse. Después de pasar unos años en mi pueblo, me di cuenta de que lo que necesitaba era ver más mundo y me fui a Roma con la beca de la Academia Española en Roma.

P: En ese momento empieza su viaje de descubrimiento por Europa.

R: Efectivamente. Iba y volvía a Roma, siempre intentando ver todo lo que se pueda, estudiar, dibujar lo que veía y apuntar mis observaciones, ideas o pensamientos. Además, me gustaba capturar todo en acuarelas de gran formato.

P: ¿Son esas las acuarelas que le sirvieron para obtener la primera medalla?

R: Sí, en 1910, en la Exposición Nacional de Bellas Artes. Luego siguieron otras en Roma y Leipzig. Por esas fechas me nombraron también vicepresidente de la Asociación Italo-española con sede en Roma, y caballero de la Corona de Italia.

P: Esa vida se ve interrumpida por la Gran Guerra.

R: Para mí, ese periodo entre 1914 y 1915 me ha cambiado la vida de manera significativa. Primero, como usted bien lo observa, tuve que volver a España. No pasó mucho hasta que me casé con María Dolores López-Sallaberry y con ella entré en el mundo de la burguesía monárquica madrileña. Tengo que reconocer que con eso mi vida cambió bastante. Sabe, mi suegro es también arquitecto.

P: Una cosa no cambia al acabar la guerra: usted sigue viajando.

R: Sí, por esas fechas viajé a Alemania y desde entonces no he vuelto allí. Y viajé mucho por España, estudiando la arquitectura de diferentes regiones. Y claro, siempre dibujando lo que veía.

P: Fue la década pasada cuando se desarrolló más su carrera profesional. ¿Cuál fue su primer encargo importante en la capital?

R: Trabajaba mucho en proyectos relacionados con el mundo del espectáculo: cines, teatros y salas de baile. Mi primer encargo recibí de Carlos Viñas Sagarra, dueño de la empresa Sagarra. Es el proyecto y la construcción del Real Cinema. Pude usar la técnica del hormigón armado, que anteriormente vi en Europa.

P: Su éxito se expande fuera de Madrid y pronto recibe muchos encargos. ¿Puede destacar un proyecto que para usted fue importante?

R: Humm, por ejemplo, las obras de la casa-estudio del aristócrata, coleccionista, viajero y pintor José María Rodríguez Acosta en el Carmen de Granada. Aunque, para ser sincero, las obras ya habían empezado antes de que yo me incorporase a las mismas como arquitecto. Y tampoco llegue a ver el final del proyecto. Sin embargo, ha influenciado bastante en mi estilo y estética.

P: El año 1927 es, hasta la fecha, el año de su mayor éxito.

R: Sí, se juntaron varias cosas: me nombraron presidente de la junta directiva de la Sociedad Central de Arquitectos y fui elegido académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Ese año también proyecté y construí mi casa-estudio donde estamos ahora.

P: Su éxito continua hoy. Incluso ha llegado a fundar un periódico.

R: El año pasado, efectivamente, el ANTA. Pero este año me han nombrado director de La construcción moderna. Tengo ideas para esta revista, vamos a ver cómo van las cosas.

P: Muchas gracias por pasar esta tarde con nosotros y todo lo mejor en su futuro trabajo.

R: A usted. Hasta pronto.

 

 

*aunque los hechos presentados en esta entrevista son históricamente correctos, todo el diálogo es el fruto de la imaginación de la autora