Lo decían los diarios liberales
y los no tanto;
¡ARDE EL PARQUE NACIONAL DE MONFRAGÜE!
-Arde Caceres Marcelo, nos vamos
-¿Qué dices Antonio, perdón Pedro?
(mirada de esas que asesinan)
-Que decis excelencia?
-Que nos vamos a Cáceres ¿no te enteras? Uy Marcelo, peligra el puesto
(sudor frio por la frente de Marcelo)
-Bien, aviso en un momento al chofer y lo tendréis excelencia
en menos que canta un gallo
en la puerta.
(Se oye un gallo cantar, el Audi A8
estaba en la puerta con su chofer
que traía entre otras cosas
un café y una magdalena.
-¿Estamos tontos? (espetó Perico) Uy Marcelo, el puesto peligra.
-¿Cómo excelencia?
-Puma II Aquí !YA! en menos que canta un gallo
(Se oyó un a gallo cantar)
El Puma II estaba presto y dispuesto en el helipuerto
del palacio con su piloto que traía a más de otras cosas
un café y una magdalena.
-Presidente nos vamos a Extremadura
aterrizaré próximo a la zona devastada
el Puma.
¿-Que dices? Nos dirigimos a Torrejón
a por el Falcón
(ya, ya se, Falcon es llana, pero me estropea la rima)
Madrid a vista de ¨pájaro”
aterrizaje en la base de Torrejón.
Pasillo humano;
policías, guardias civiles,
séquito, camarera, azafata
al final el copiloto y el piloto
que en su mano llevaba
un café y una magdalena.
Subida rápida al avión,
turbinas a todo tren,
cinturones abrochados,
despegue,
vuelo,
tranquilo desde
el cielo miraba
abajo el presidente
y sonreía viendo como circulaba
por la A cuatro el séquito de los A 8.
Aterrizaje
cara de espanto, mirada de pena
consternada su tristeza, obligada foto,
pariré,
para observar su belleza ante el drama.
Para moverse por las zona
Audi A8 arriba,
Audi A8 abajo,
Audi, Audi, Audi,
A8, A8, A8.
-Bueno Marcelo,
-¿procedemos? procedan, ah no, que esto es de otro poema.
-nos vamos.
¿La vuelta? lo mismo, lease desde atrás
hasta adelante.
Procedimiento el mismo,
ascenso al Falcon, ahora con la diferencia,,
se dio cuenta después de hablar con Begoña
que el gasto ya ascendía un poco,
así que dijo “para ahorrar energía,
Fuera las corbatas” estando ya a bordo.
Cuentan las malas lenguas
que el chofer se quedó en tierra
abandonado por el presidente,
dejando así uno de los A8
se lo llevara Assarin Asarhe
que por ahí pasaba llegado
a días cuatro del continente africano
y a modo de política de integración
lo contrató para que lo llevara al palacio
mientras que Marcelo con restos de café
y magdalena en la boca, se volvía
en el tren recién inaugurado
de alta velocidad a Extremadura
a setenta y ocho kilómetros por hora.
Mientras el Audi A 8 llegaba a Algeciras
a un desguace.
Comunicado el presidente del hecho,
aunque un poco serio, esbozo una sonrisa
pensando “he ayudado a un inmigrante
a que él y su familia coman caliente
aunque sean sólo unos días”
A las ocho horas llegó a Atocha
Marcelo,
cansado con (c)olor a muerto
y la corbata en la mano.
“Por España Todo sea por España
a pesar del presidente”
fueron sus últimas palabras.