Cuando una noche se encontraron la luna y el sol

asomó ella, creando la inmensidad de un eclipse

nadando que nada entre la estirpe, sangre y raza

dibujando miradas ávidas de un real sentimiento

entretejida al mismo ojo, único ojo de la cámara

llevando, elevando a lo más alto del firmamento

allá cuando se encontraron una noche el sol y la luna.

 

Juego firme de mirada, ojos horizontales y verticales

imagen de dos caras, dos, verticales y horizontales

magia del entendimiento, objetivo del pensamiento

épico, encajado, entronizado, eternizado, envuelto

nada más que a través del genio ni nada, nada menos

ensueño de mujer valiente, brillante como el cielo

zafiro, apabullante de talento, saber y más talento.