Hubo una época en la que la arquitectura industrial o de servicios era cosa muy seria y, en consecuencia, buscaba el placer estético. Era uno de los supuestos de la celebérrima Bauhaus: aunar estética, ergo belleza, y funcionalidad. Aquellos viejos edificios resisten el juicio arquitectónico más severo y siempre sale alguien entendido para evitar su derrumbe. La madrileña fábrica de CLESA es ejemplo reciente. De similar tipología entra en la Lista Roja una gasolinera alavesa. Céntrica a más no poder, la ESTACIÓN DE SERVICIOS Goya, como reza su cartel de estilosa tipografía, es vieja conocida de cualquier vitoriano. Construida en 1940, cuando el coche era un vehículo de lujo, no extraña que se halle en pleno núcleo urbano. Pensamos de inmediato en las gas station americanas que hemos visto en las películas. En toda la nube de operarios que agasajan ese coche en Hill Valley, el poblacho de Regreso al futuro, cuando aterriza Marty McFly. Veinticinco metros de marquesina de hormigón cubren un espacio diáfano donde repostaban hasta no hace tanto los vehículos. El cuerpo superior de ventanas de ensamblaje metálico nos recuerda al estilo moderno de algunas salas de cine de la misma época, como el madrileño Barceló, que se inauguró en 1931. Edificios que marcan época y que, en el caso del vitoriano, no dudamos se salvará de la ruina. Pasta hayla y la cuestión radica en encontrar una función adecuada a uno de los pocos ejemplos de racionalismo de estas características en el País Vasco. Se planteó un museo Alberto Schommer, agua de borrajas, que nos sirvió, no obstante, para descubrir que el gran fotógrafo cosmopolita era vitoriano. Lista Roja, ahora y siempre, también como thesaurus.
La estación de servicios Goya está en la Lista Roja desde el 14 de octubtre de 2021. ¿Cuándo engrosará la Lista Verde?
Foto central: Miguel Andrade
Foto de la izquierda: Fundación Alberto Schommer