Sin lugar a duda, el patrimonio cultural es un catalizador de identidades, discursos y memorias que se superponen y mutan en función de quién lo active. En este sentido, con esta pequeña reflexión, yo quisiera focalizarme en cómo la identidad, la memoria y las narrativas se imbrican entorno al patrimonio arqueológico, en cómo los discursos permeabilizan en nuestros bienes patrimoniales y en cómo narran nuestras historias. Pero para ello primero es necesario entender cómo estos conceptos de identidad, memoria e historia se hibridan entre ellos.
Según Navajas y J. González (2017), el discurso que sustenta la construcción de nuestra historia e identidades está estrechamente ligado a la memoria individual y colectiva y su construcción conjuga narrativas múltiples y plurales. La primera no puede entenderse fuera del marco social que moldea y estructura nuestro recuerdo y la segunda muestra una visión del pasado mediada por el presente que se mantiene dinámica e interactiva (D. González y Mundet, 2018, p. 109). De este modo, parece evidente que la memoria se postula antagónica al olvido y que existen espacios más allá del plano físico y tangible que poseen una fuerte carga simbólica capaces de evocar e interpelar a la memoria social, a lo que el historiador francés Pierre Nora denominó liuex de mémoire. A pesar de la amplia conceptualización y categorización de Nora, que ha sido ampliada por diversos autores, estos lugares son asociados en la práctica a hechos trágicos y pasados traumáticos donde el espacio actúa como escenario del recuerdo (D. González, 2016; D. González y Mundet, 2018). Esta idea sumada al deber de memoria genera una patrimonialización de los espacios de memoria. Así los recursos patrimoniales, que se mantienen vivos y conectados con nuestro presente, se convierten en catalizadores de narrativas dolorosas y su función queda ligada a los intereses de quienes los emiten.
En España, este pasado está relacionado con la Guerra Civil y la dictadura. El proceso de recuperación de este patrimonio ha sido tardío y poco uniforme. Además, sus avances y retrocesos han estado fuertemente marcados por los cambios políticos (Barros, 2018; Ferrándiz, 2007) y una respuesta social heterogénea a este pasado en guerra (Ayán, 2016). Aunque nació del asociacionismo civil, en los últimos años sus actuaciones están cada vez más institucionalizas (Ferrándiz, 2007; Agirreazkuenaga y Urquijo, 2016) y han dado lugar a numerosas activaciones patrimoniales, sobre todo, recursos de carácter arqueológico (véase D. González, 2016; L.V. González, 2016; Navajas y J. González, 2017; Ruibal, 2016; Peña et al., 2018, entre muchos otros). A pesar de que sus discursos y herramientas museográficas difieren, su adecuación para el disfrute social se ajusta generalmente al modelo francés donde el objetivo es la reflexión hacia el pasado desde una pedagogía civil y el fomento de un desarrollo local muy ligado al turismo (D. González, 2016, p. 1270), que genera fenómenos como turismo de memoria, dark turism o thanatourism (D. González y Mundet, 2018). Asimismo, son muchos los vestigios materiales de este periodo que permanecen intactos y sufren el deterioro y el olvido.
Pero la apropiación de estos vestigios materiales como herramientas discursivas no es un fenómeno reciente y, en ocasiones, el doble simbolismo de estos espacios ha servido como herramienta para distintas narrativas. En este sentido, considero muy interesante el caso del Cinturón de Hierro de Bilbao-Bilboko Burdin Hesia. Este hace referencia al sistema de fortificación defensiva construido en el entorno de Bilbao durante la Guerra Civil Española (1936-1939)[1]. Su objetivo residía en proteger la capital vizcaína y algunos de los enclaves estratégicos más cercanos de los ataques y el avance de las tropas sublevadas. Sin embargo, a pesar de esta intención de resistencia por parte del Gobierno Vasco, el 12 de junio de 1937 el Cinturón se rompía en las colinas de Gaztelumendi (Larrabetzu), vaticinando la caída de Bizkaia (Beldarrain, 2012; Ojanguren, 1996; Martínez, 2007; Vidal, 2006). Hoy sus estructuras configuran un paisaje de memoria: son el testigo físico de un pasado en guerra.
Desde 2018, sus estructuras son reconocidas oficialmente como vestigios de carácter patrimonial, pasando a ser catalogados y protegidos y naciendo en torno a ellos distintos proyectos orientados a profundizar, redescubrir y proponer nuevas herramientas para valorar y socializar este patrimonio. A través de ellos se busca subrayar la resistencia democrática y ensalzar estos mismos valores. Sin embargo, esta significación no fue siempre la misma, ya que la naturaleza propia del conflicto hace que este sistema defensivo adquiera un doble simbolismo: el de la victoria y el de la derrota.
De este modo, en los años posteriores al conflicto este lugar fue la materialidad de la conquista sublevada e incluso se utilizó como recurso propagandístico del régimen franquista incluyéndolo en las Rutas Nacionales de Guerra, concretamente en la Ruta de la Guerra del Norte que se extendía en este tramo desde Atxuri a Bilbao (Brena, 2016). Estas rutas estaban diseñadas especialmente para visitantes extranjeros con el objetivo de legitimar la victoria franquista, corroborar la magnificencia española y verificar la próspera situación posguerra invitándoles a “comprobar por sí mismos la situación y circunstancias de la España Nacional” (Brena, 2016, p. 16).
En definitiva, todo esto nos muestra lo compleja que es la relación entre las memorias y las historias narradas desde el patrimonio arqueológico. Y es que no debemos olvidar que, como todo bien arqueológico, estos bienes patrimoniales carecen de voz propia y son los catalizadores de las voces de quienes deciden activarlos y apropiarse de sus historias.
Referencias
Agirreazkuenaga, J. y Urquijo, M. (Dir.) (2016). Senderos de la Memoria. Relación de espacios vinculados a la memoria de la guerra civil. Vitoria-Gasteiz: Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco.
Ayán Vila, X.M. (2016). ¿Un mundo en guerra? Públicos, comunidades y arqueología del conflicto. En: Diaz-Andreu, M., Pastor, A. y Ruiz, A. (Coord.). Arqueología y comunidad: el valor social del patrimonio arqueológico en el siglo XXI (pp. 259-273). Madrid: JAS.
Barros, C. (2018). El futuro de la memoria en España. Cambios y Permanencias, 9 (2), 75-79.
Beldarrain, P. (2012). Historia crítica de la guerra en Euskadi (1936-1937). Oñati: Intxorta 1937 Kultur Elkartea.
Brena Alonso, J.A. (2016). El Museo de la Guerra de Bilbao (1937-1938). Cinturón de Hierro y turismo bélico al servicio de la propaganda del Régimen. Sabigain, 1, 1-48.
Ferrándiz Martín, F. (2007). Exhumaciones y políticas de la memoria en la España contemporánea. HISPANIA NOVA, 7.
González Chouciño, L.V. (2016). Proyecto de puesta en valor de los restos de la Guerra Civil en la ciudad de Alicante. DAMA, 1, 207-220.
González Ruibal, A. (2016) Volver a las trincheras. Una arqueología de la Guerra Civil Española. Madrid: Alianza Editorial.
González Vázquez, D. (2016). La patrimonialización de la memoria histórica: entre el deber social y la estrategia turística. Apuntes sobre el caso catalán. Pasos, 14(5), 1265-1280. doi: doi.org/10.25145/j.pasos.2016.14.085
González Vázquez, D. y Mundet i Cerdán, L. (2018). Lugares de memoria traumática y turismo: paradigmas analíticos y problemáticas. Investigaciones Turística, 16, 108-126. doi: http://dx.doi.org/10.14198/INTURI2018.16.06
Navajas Corral, O. y González Fraile, J. (2017). Turismo en espacios de conflicto. Análisis de la puesta en valor del patrimonio de la Guerra Civil Española en la Comunidad de Madrid. Methaodos, 5 (1), 155-172. doi: http://dx.doi.org/10.17502/m.rcs.v5i1.160
Martínez Sanz, J.L. (2007). Campañas militares y fases de la guerra civil española. Cuadernos de Historia Contemporánea, vol. Extraordinario, 193-206.
Miñambres Amezaga, A. (2017). El Cinturón de Hierro. Lankidetzan, 63, 69-96.
Peña Muñoz, A., Blanco, J., Alonso, E., Jimenez, J. y Aguirre-Mauleo, J. (2018). Arqueología en las trincheras. En Agirre-Mauleon, J. (Coord.) Lemoatx 1937. Eusko Gudarostearen azken garaipena (pp.145-182) Bizkaia: Aranzadi.
Vidal, C. (2006). La guerra que ganó Franco. Historia militar de la guerra civil española. Barcelona: Editorial Planeta.
[1] Para conocer más información sobre esta estructura véase Miñambres (2017).
Graduada en Arqueología (UB) y máster en gestión del patrimonio cultural (Gestión del Patrimonio Cultural del siglo XXI: Gestión e investigación, UCM-UPM), tomando la especialización de uso social del patrimonio. Además de participar como técnica y voluntaria en proyectos arqueológicos internacionales, sus líneas de investigación exploran la relación entre el patrimonio arqueológico y la sociedad.