Mentiríamos si dijésemos que no vamos a recordar el verano de 2020. Miedos, virus, besos con mascarillas. ¿Dónde quedaron los flirteos de canciones como Summer Nights de la BSO de Grease, describiendo las aventuras amorosas veraniegas de Sandy y Danny Zuko? De momento, permanecen en nuestra memoria y en las emisoras como Kiss FM (ahora también en la lista de Spotify) y pueden amenizarnos esos viajes de finales de verano caracterizados por el fresquete, la rebequita y unas cervezas con los compañeros de viaje, ahora guardando siempre la distancia de seguridad. Todo con el objetivo de descubrir el patrimonio cultural de nuestras provincias on the road (sube el volumen):
(…)Summer days drifting away to…
Oh, all those summer nights…
Well, well, well…
Tell me more, tell me more(…)
Pues bien, así sin pensarlo, porque estamos aburridos y ociosos una tarde de un sábado cualquiera de los inicios de septiembre, nos desperezamos para visitar el yacimiento de los Hitos (Arisgotas, Toledo) y ya de paso, San Pedro de la Mata (Casalgordo, Sonseca, Toledo). A golpe de click, cualquier buscador te ofrece información básica de ambos sitios arqueológicos. El primero, un conjunto arquitectónico con varias fases de ocupación desde época visigoda hasta su abandono en época andalusí. El segundo, una iglesia monástica del siglo VII d.c que destaca por su excepcional estado de conservación (pese a algún añadido posterior).
Olvidados durante décadas, hoy son parte de esos “yacimientos con suerte” y que por arte de birlibirloque reciben el peso de todas las subvenciones de la administración local, dejando huérfanos a otros yacimientos igual de necesitados y augurándoles buena salud en tiempos de pandemia.
Nada más llegar a la pedanía, observamos que el lugar está perfectamente señalizado, lo que implica una correcta concienciación de los lugareños, respuesta más que acertada a esa función social que tiene nuestro patrimonio cultural. Actualmente continúan las labores de investigación y el yacimiento puede visitarse por libre o con posibilidad de visita guiada (www.lamaletadebly.es; www.cultura.castillalamancha.es/patrimonio/yacimientos-visitables/los-hitos).Una vez allí es fácil acercarse al pueblo colindante, Sonseca, que de manera particular, me trae buenos recuerdos de veranos pasados, cuando una joven licenciada en humanidades, aspirante a arqueóloga de campo, dedicaba los fines de semana a hacer horas extras tras la barra de un bar para ganarse unas pelillas (el anterior post Arqueo(locos), puede ayudar a entender esta cuestión). ¡Cuántas noches estrelladas nos dirigían a Torre Tolanca! (atalaya de origen andalusí)…
Summer dreams ripped at the seams
But oh, those summer nights…
En San Pedro de la Mata nos sorprende el excelente estado de conservación de sus muros. Sólo una triste e infeliz cartela nos informa de la construcción de este templo en relación con el reinado del rey Wamba y su declaración como Monumento Histórico Artístico en 1931 y posteriormente, bien de interés cultural.Volvemos a hacer uso de las nuevas tecnologías para rastrear la historia de este edificio. La sorpresa es que, las noticias nos informan de su inclusión en 2014 en la Lista Roja del Patrimonio promovida por Hispania Nostra y más recientemente de la intención de la Escuela de Arquitectura de Toledo de realizar un proyecto de cubrir el edificio y recrear su antigua volumetría. Pero, ¿es realmente necesario, recrear y reconstruir un edificio que permanece casi yerto y despojarlo del valor de su edad y autenticidad histórica? (sin contar con el gasto económico que acarrea). Déjenme ponerlo en entredicho.
“Cuidad de vuestros monumentos y no tendréis necesidad de restaurarlos”, era la máxima en el siglo XIX de John Ruskin, crítico de arte y defensor de las intervenciones sinceras y respetuosas que sin lugar a dudas, nos retumba en la cabeza.
La arquitectura, una gran aliada de la arqueología y del patrimonio, a veces peca de ser una amistad bastante peligrosa. Obviamente contamos en España con intervenciones acertadas y premiadas, como el caso de la Sinagoga de Lorca (Murcia) llevada a cabo como parte de la rehabilitación de la judería. En ella, se reconstruyó el espacio interior colgado de una estructura metálica superior sin tocar los restos arqueológicos además de la inclusión de un excelente proyecto museográfico. La mayoría de las intervenciones se cobijan bajo el amparo de las interpretaciones de sus autores y desgraciadamente tenemos ejemplos nefastos e innecesarios como el conocido caso del Teatro romano de Sagunto, la destrucción de inmuebles protegidos con la categoría de BIC (sirva de ejemplo el Caso Canalejas en Madrid que incluía penas e inhabilitación para el arquitecto), o simplemente proyectos recientes que provocan, de momento, la expectación del público. Sin ir más lejos, la Mezquita del Cristo de la Luz en Toledo, cuyas obras de recuperación paisajística, aún sin finalizar, nos mantienen en guardia patrimonial.
Volvemos a nuestro coche. La música vuelve a sonar. Esta vez el Dúo Dinámico nos anuncia el final del verano. Finales typical spanish , aunque en nuestro caso, continuaremos cantando alto y fuerte en la defensa de nuestro legado cultural.
SOCIA 2153
Humanista, rebelde y buscadora de sueños en museos. Máster en Patrimonio Cultural y Guía Oficial de Turismo. Desde 2016 dirige La maleta de Bly para difundir la cultura.